Cartoneros siguen siendo los eternos postergados

Además de carecer de derechos laborales, tienen que afrontar el día a día con una paga que solo les alcanza para sobrevivir. Trabajadores informales, sufren la inflación como pocos.

Por Alejandro Moreyra

Los cartoneros son el producto de las políticas neoliberales que se desarrollaron durante la dictadura y la era menemista. No solo porque debieron tomar el rol de “cirujas” tras quedar desempleados, sino porque, además, el valor de su trabajo es regulado por los precios internacionales o por la decisión de alguna de las empresas oligopólicas que se valen de los materiales reciclados para su producción.

A pesar de que, en los últimos cuatro años, se reconoció una inflación acumulada de casi 35 por ciento, la paga a los cartoneros por su trabajo, en la mayoría de los productos recolectados, no supera ni siquiera en un 15 por ciento la marca de 2007.


Es que la crisis mundial de 2008 trajo consigo un brusco descenso en el precio de lo recolectado por los cartoneros, y fue así como, por ejemplo, el cartón, que valía 60 centavos el kilo, pasó a costar la mitad y, recién durante el último año, volvió a su precio inicial.

Si bien, tras el aumento de la demanda laboral y el desarrollo del trabajo en cooperativas, bajó la cantidad de cartoneros, esto trajo consigo la vuelta de su “invisibilización”.

Un ex integrante de una de las principales organizaciones cartoneras de La Matanza, que prefirió mantener el anonimato, aseguró que “hoy, los que trabajan en este rubro son los verdaderos necesitados, los desplazados y discapacitados sociales”.

“Ellos no existen, son invisibles para el sistema”, calificó, y agregó que, desde su experiencia, “lo que se debe hacer es generar políticas de inclusión social y docencia, para hacer que su trabajo sea autosustentable”.

Siguen caminando
Aunque con su trabajo convierten la nada en materia prima esencial, los cartoneros no forman parte del sistema laboral. Tanto ellos como los depósitos a los que les venden los materiales están en negro.

José Luis, propietario de un depósito de Villa Luzuriaga, afirmó: “Estamos en negro porque no nos dan otra posibilidad. La legislación nos debería reconocer para poder habilitar nuestros comercios. Esto es un negocio como cualquiera, solo que no entramos en ninguna categoría”.

Asimismo, recalcó que él también vende lo acopiado, en negro, a un depósito más grande, que procesa las materias primas y las comercializa, en blanco, a las principales empresas que utilizan envases de plástico, vidrio, papel, metales y cartón que, un tiempo antes, no valían nada, hasta que a un cartonero se le ocurrió recogerlos de la vereda.

Posible solución
Marcelo Loto, miembro de la cooperativa Reciclando Sueños, conformada por cartoneros que se agruparon para desarrollar de mejor manera su trabajo, manifestó que la mejor respuesta a la exclusión es agruparse.

“A diferencia de 2001, cuando vivíamos el día a día, hoy, tenemos, gracias a este emprendimiento, un horizonte y nos atrevemos a pensar en un mejor mañana”, aseguró el cooperativista.

Entre otras cosas, Reciclando Sueños logró que sus 27 miembros unan fuerzas y, así, según explicó Loto, “se acabó con una barrera: el intermediario que se aprovecha de las circunstancias”.

Fecha de Publicación: 2011-03-07
Fuente: El1